Hay pocos nombres tan venerados en el Ródano Norte como el nombre Graillot. Y, por lo tanto, parecerÃa una tarea desalentadora para el hijo de una luminaria seguir los pasos de un gigante asÃ. Afortunadamente para nosotros y para el mundo del vino, el hijo mayor de Alain, Maxime Graillot, no solo continuó el legado iniciado por su padre, sino que también abrió su propio camino en la excelencia en la elaboración del vino. Maxime se entrenó con su padre desde muy joven y en 2004 decidió dividir su tiempo entre el dominio de su padre y establecer su propia bodega homónima. Sabiendo dónde se encontraba la mejor tierra en el Ródano, compró parcelas en el pueblo de Beaumont-Monteux, justo al sur de las parcelas de Alain en La Chene Vert. Convirtió los viñedos previamente cultivados convencionalmente en orgánicos. En comparación con los vinos de Alain, los de Maxime son igualmente exuberantes y expresivos, pero tal vez con un poco más de potencia frutal detrás de ellos, posiblemente como resultado de que Maxime despalilla casi todas sus uvas, mientras que Alain no despalilla. Poseen una gracia y un encanto sin esfuerzo que se ha convertido en un elemento básico del estilo Graillot. Cualquier amante de los vinos del norte de Rhône se debe a sà mismo hacer estallar una botella y envolverse en el cálido abrazo de la felicidad pura de Syrah.